miércoles, 31 de diciembre de 2008

Quique en Joy

Ayer Quique González dio su tercer concierto en Joy Eslava en cinco días, como celebración de los diez años que lleva de carrera. Me acerqué muy tarde a su música pero me pareció buenísimo. Quise ir pero al final me quedé sin entrada. De tanto esperar...

Es personal, no te voy a mentir
no quiero hacer que sientas que no estoy aquí
y no hago más que rellenar el cenicero.

Es personal, no lo quiero decir

pero es lo que hace de ésta una ciudad hostil,
dame los frutos de tu amor de invernadero.

Y olvídate de mi porque en el fondo
estoy tocando fondo al reincidir
será porque me tienes a tu antojo
será porque es mejor también así.

Es personal, una puerta inaccesible
es personal, personal e intransferible

es personal, una puerta inaccesible
es personal, personal e intransferible

Es personal, no lo debes oír

pero es que a veces todo, nada da de si

tendremos que poner los labios en remojo.


Y colocar un toldo ante los ojos

y hacer esfuerzos para no mentir

y respirar lo malo de nosotros

que lo peor lo guardo para mi.


Es personal.


[Personal, Quiqué González, Personal, Polygram, 1998]

sábado, 6 de diciembre de 2008

Adiós a las patatas fritas

Aún me acuerdo de aquellos días en los que no se podía resistir a las patatas fritas. Se pasaba el día comiendo patatas fritas, abriendo bolsas, una detrás de otra, sin parar. Por la mañana, por la tarde, por la noche. Yendo a la universidad, volviendo de la universidad, haciendo tiempo esperando a los colegas... Siempre era un buen momento para abrir una bolsa de patatas fritas y llevarlas a la boca.

No sé, casi era un vicio. No dejaba nunca ni un rastro de patata frita en las bolsas. Hasta la última miguita caía en su boca. Y luego humedecía la puntita de su dedo para que se quedarán pegadas a él las miguitas más pequeñas y así se las comía.

Sin embargo, un buen día empezó a dejar las patatas fritas. Empezó a dejar esas miguitas y siguió por ir reduciendo el número de bolsas de patatas fritas diarias. Y ahora ni las prueba. Es increíble, pero ya no toma más patatas fritas. Y fíjate que a veces abro una bolsa en su presencia y la aireo bien para que le llegue el aroma. Nada. No se siente atraido o tentado. Da igual que estén hechas en aceite vegetal o de girasol. Ya le da exactamente igual. Las ignora por completo.

Ya dijo adiós a las patatas fritas.